¡Divino corazón
de
Jesús!
Por medio del corazón
inmaculado de María
nos consagramos a ti,
y contigo nos
ofrecemos a
Dios padre.
En tu santo
sacrificio
del altar.
Con nuestras oraciones
y trabajos,
sufrimientos y alegrías
de hoy.
En reparación por
nuestros pecados
para que venga a
nosotros tu reino.
Especialmente por la dos
intenciones confiadas en
este mes por el papa al
apostolado de la oración.
Y para alcanzar la
glorificación de tu
siervo el
Hermano Policarpo.
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